jueves, 21 de julio de 2011

EN ESTAS HORAS PERDIDAS...


En estas horas perdidas, en los que la soledad me acompaña con su agradable silencio, pienso en algunos momentos que quedaron atrás, pero sobretodo en esos instantes que espero que lleguen. Son parte de mis sueños y esperanzas, de cosas que creo que debería realizar antes de morir. Nadie es eterno.

En estas horas perdidas, en los que pienso en como el tiempo pasa y los años se lanzan contra uno, quedan aún un montón de cosas por hacer. No me importa el trabajo, que para mí sólo es un medio que no llena mi corazón. Son las personas, los lugares, los holas y los adioses, mis aficiones y mis gustos e intereses lo que conforman esa parte de mí que no tiene nombre: mi ser.

En momentos en los que, como ahora, no hago nada, cojo el ordenador y escribo, o quizás rescato un lapicero olvidado y dibujo algo sobre una hoja de papel. Puede que, sin saber muy bien que hacer, me decida a construir algún invento sin ninguna otra utilidad que formar parte de un disfraz o, simplemente, ser parte de un experimento estético.

Es tiempo para dedicar a pasear bajo las sombra de algún bosque, caminando junto la orilla de algún río, recorriendo los márgenes de un campo recién segado, mientras siento los suaves rayos de un sol que lentamente empieza a ponerse.

Así se van mis horas muertas. Y algunos creerán y me dirán que así se pierden, mientras que ellos se preocupan por ganar dinero, o aprender de forma fría y académica.

Sin embargo, pasa el tiempo, y puedo decir que son esas horas perdidas las que a mí me llenan. En la felicidad o la tristeza, siempre ha sido así.

En estas horas perdidas... es cuando más me parece que aprovecho mi tiempo y menos se pierde. Así es como vivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario