jueves, 20 de diciembre de 2012

LOS 1000 CORAZONES DE SANDRA (LOS MIL CORAZONES DE SANDRA)


Mil corazones, y entre ellos, el mío...


¡Así es! ¡Mil corazones tiene o un corazón que vale por mil! Bueno, para ser sinceros, puede que no sean tantos los corazones que tiene y que, como persona humana que es, sólo tenga uno, pero si los corazones se midieran según la capacidad de los sentimientos que pueden contener, muy bien pudiera tenerlos... Y es que, como ya dice aquel dicho popular, Sandra tiene un corazón tan grande que no le cabe en su pecho, ¡qué no es poco, precisamente! ¡Así es la mujer que yo quiero!

No sé si será por virtud de sus sentimientos, pero Sandra tiene la capacidad de ver corazones allí por donde va y en los objetos que maneja. Es una persona que está destinada a encontrar esos corazones que simbolizan el amor por cualquier parte,  ya que su romanticismo exacerbado le hace ver no sólo corazones allí donde evidentemente los hay, sino allí donde los hay pero no son tan evidentes de ver. Quizás, tiempo ha, estos corazones fueron parte de un enorme corazón mucho mayor que se rompió, a causa del dolor del mundo, en pequeños fragmentos con forma de corazones que se dispersaron por el mundo, destinados a ser encontrados algún día por alguien que creyera en el amor y el romanticismo. O puede que esos corazones sólo sean los corazones perdidos que no han de caer en el olvido. En realidad, no importa demasiado; la cuestión es que esos corazones están ahí, Sandra los ve, y si tiene la ocasión, los recoge y los captura con su cámara. Mil corazones eran y mil corazones son, los mil corazones de Sandra.

Éstos son los 1000 corazones de Sandra...

CORAZÓN VEGETAL

Fruto del azar o del destino, nacidos de la propia naturaleza o de la mano del hombre, los corazones estaban allí, esperando que alguien los viese y justificase su existencia aunque ésta no deba ser justificada. Son los corazones perdidos que un niño puede ver pero que los adultos ignoran. Así, paseando por la calle, uno puede contemplar un corazón en la hoja de un árbol...


o en la forma de un seto recortado.


CORAZÓN DE PIEDRA

Corazones de piedra y de roca, mezclados en la tierra o mimetizándose entre piedras, luchan por salir a la superficie, emergiendo, demostrando el amor imperecedero de la Madre Tierra.


Atraída la mirada, Sandra retrata estos pequeños trozos de roca con su cámara.


No todos los corazones son iguales, ni están formados por los mismos minerales. Sus colores y texturas varían, y algunos se nos antojan con lados irregulares. Y, sin embargo, corazones son.


Mil rocas inundan el suelo, y su mirada lo capta. Pequeño corazón de piedra erosionada.


Recuerdos de amor petrificado, mezclados, a veces, en el cemento creado por los hombres.


CORAZÓN DE LUZ

 Entre las hojas de los árboles, penetran los rayos de sol para dibujar multitud de corazones que aparecen y desaparecen al son del viento que mece las ramas.


CORAZÓN DE GRAFFITI

Un pequeño corazón pintado en una pared olvidada. Una señal de amor que algún ser humano dejó en un muro apartado.


CORAZÓN DE PAVIMENTO

En el pavimento desconchado, ya sea en la pintura verde de un aparcamiento o en el cemento que salta en el suelo de cualquier parque o acera, nuevas pequeñas marcas de amor que el azar dispone.


Así, el amor, en el más duro suelo, deja su marca.


CORAZÓN DE CHICLE

Los chicles escupidos y desechados cobran forma al ser pisoteados. No importan las pisadas, pues como el amor hace tan a menudo, pequeños corazones resurgen para quedar grabados en la tierra.


Pequeños corazones que ni el sol ni la lluvia logran hacer desaparecer.


CORAZÓN DE JUGUETE

Como el juguete de un niño, nuevos corazones aparecen para jugar, producto caprichoso de las formas, colores y el ángulo de una mirada. Las colas de dos monos de plástico nos muestran un corazón entrelazado.


Las pequeñas sillas de plástico de un juego de formas y equilibrio, nos enseñan un corazón en pleno ardor rojo.


El huevo frito pegado a una pequeña paella de plástico, mero complemento de una muñeca, nos enseña como en los más pequeños detalles podemos encontrar su forma.


Y es que capricho del azar o mero pasatiempo, un juguete como el snake cube nos recuerdan que al amor siempre puede dársele forma.


CORAZÓN DE JERSEY

Estampados en sus jerseys y camisetas, no pueden faltar los corazones que ella en tantos lados ve. Corazones que no pueden esconder un corazón aún más grande, que late en su pecho.


Corazones estampados de ociosas formas.


CORAZÓN DE ANILLO

No puede un simple aro atrapar un corazón, pero sí hacerlo eterno. El círculo, símbolo de eternidad; el corazón, símbolo del amor.


Corazones plateados y entrelazados en el anillo del dedo de una mano.


CORAZÓN DE COLLAR

Un corazón plateado colgando de un collar para adornar su pecho.


CORAZÓN DE HEBILLA DE CINTURÓN

Mero adorno de la hebilla de un cinturón, parece indicar con su llave que el amor sólo será entregado a aquella persona que ella elija.


CORAZÓN DE ZAPATO

¡Así se antoja la cinta de este zapato! Una cinta para atar alrededor de su tobillo. Una cinta que, cuando descansa, se antoja un pequeño corazón.


CORAZÓN DE TOALLA

Algunas toallas son dobladas con cariño y mucho amor. Así responden ellas a la persona que con tanto mimo las dobló.


CORAZÓN DE NECESER

Un corazón estampado en un neceser: el amor de uno mismo cuando se cuida.


CORAZÓN DE CALENDARIO

Corazón de calendario... o corazones de calendario en este caso. Corazones para cada momento del año, para que el amor no sea olvidado.


CORAZÓN DE ARTE

Paseando en el "Temps de flors" de Girona, un par de pequeñas obras de arte nos ilustraban sobre el corazón, ya fuese a través de una radiografía en la que se contemplaba un corazón de luz...


o el corazón que aparecía en una extraña cruz que funcionaba a modo de rayuela.


CORAZÓN DE DONUT

El hueco vacío del agujero de un donut se antoja un dulce corazón de chocolate, aunque el chocolate simplemente rodea ese vacío de aire.


CORAZÓN DE MAGDALENA

Grandes magdalenas acorazonadas, revestidas de chocolate o almendras, se miran una a la otra, buscando llamar la atención de su mirada.


CORAZÓN DE CRUASÁN

Una vez comidos los cuernos de tan singular bollería, la hija entrega a su madre el corazón así obtenido.


CORAZÓN DE PALMERA

Corazones de pasta deliciosa para los paladares más exigentes, de distintos tamaños, sola o acompañada de aún más dulce chocolate.


Pequeñas delicias exquisitas, para comer solas...


... ¡o en grupo!


CORAZÓN DE PEPITA DE CHOCOLATE

Incluso en detalles tan pequeños, Sandra ve pequeños corazones dignos de ser fotografiados. ¡No permanecerá ese corazón demasiado tiempo abandonado!


CORAZÓN DE TOSTADA

Una tostada se rompe y, ¡zas!, el pequeño fragmento caído se antoja un pequeño corazón de pan.


CORAZÓN DE GALLETA

 ¿Existe una galleta hecha con más amor? Corazones para ser consumidos.


CORAZÓN DE CAFÉ

Aunque no soy nada aficionado a esta bebida, entiendo que un café entregado con tanto amor y esmero pueda hacerte empezar bien el día. Que bien combina la espuma de la leche con el oscuro néctar revitalizador.


Y quién dice la espuma, dice el azúcar...


Espuma o azúcar, el detalle está en el corazón.


CORAZÓN DE JAMÓN DULCE

Y así, una vez más, Sandra contempla un corazón en las dobleces de las finas lonchas de un trozo de jamón dulce. Un pequeño hueco rodeado de carne rosácea.


CORAZÓN DE JAMÓN SALADO

Entre la carne y la grasa de un buen jamón curado se esconden caprichosos dibujos y formas. No sorprende, así, hallar en tan inhóspito sitio las formas de curiosos corazones.


Corazones que se repiten una...


y otra vez.


CORAZÓN DE LONGANIZA

Si bien puede sorprender en otras ocasiones, es común, en las lonchas de este habitual embutido, descubrir las formas de pequeños corazones.


Corazones que se repiten en cada pequeño trozo...


o en una loncha mal cortada.


CORAZÓN DE PATATA

La pequeña Paula entrega este corazón de patata a su madre. No dudo que, si pudiese, le entregaría su verdadero amor, cosa que hace tan a menudo como puede.


Un corazón que se repetirá en tantas patatas como hagan falta.


CORAZÓN DE PATATA FRITA

Dos trozos de patata frita se pegan y forman un peculiar corazón, como si no pudiesen vivir sin este peculiar abrazo.


CORAZÓN DE PATATA CHIP

Como aperitivo o acompañamiento, un chip de patata siempre será bien recibido.


Y esta forma se repetirá una y otra vez en cada nuevo aperitivo...


... esperando caer en los dedos correctos.


CORAZÓN DE CHIRIMOYA

Caprichosa fruta tropical que se antoja un extraño corazón vegetal.


CORAZÓN DE FRESA


Corazones de postres. Formas caprichosas de una fresa acompañada de sirope de chocolate.


CORAZÓN DE CÁSCARA DE NARANJA

Y al ser vaciada, Sandra halla un pequeño corazón en la zona vestigial de la cola de la naranja.


CORAZÓN DE FLAN CON CARAMELO

Tras ser devorada y estar dispuesta a dar la última cucharada, ¡oh, sorpresa!, Sandra descubre consternada un diminuto corazón de caramelo líquido dispuesto sobre el trémulo flan.


CORAZÓN DE HELADO

Y en una boda, tras derretirse el helado, un inesperado corazón se formó en esta singular terrina de galleta.


CORAZÓN DE PUDDING

Acompañando un buen pedazo de pudding recubierto de sirope y virutas de chocolate, en fabuloso adorno de un pequeño corazón chocolateado.


CORAZÓN DE SIROPE

El singular retazo de una cuchara despistada forma un pequeño corazón de dulce sirope.


CORAZÓN DE BOMBÓN

En casi todas las cajas de bombones variados se encuentran, hoy en día, los pequeños corazones chocolateados, siempre destacados.






Texto: Joan Ramon Santasusana Gallardo.
Fotografías: Sandra de Montserrat Rovira... y alguna que otra colaboración desinteresada.

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