martes, 5 de agosto de 2014

AVALON: LAS NIEBLAS DEL CAOS

Tiempo atrás, a modo de prólogo, escribí una breve introducción -casi a modo de cuento- para “Avalon”. Inicialmente, “Avalon” fue una una campaña de rol en vivo ideada por Andreu Blanco que, posteriormente, sería desarrollada y ampliada por “Leyendas Medievales”. Situada en una ambientación medieval-fantástica, que fue variando en su concepto desde sus inicios -en aquella prueba piloto que se realizó en el pueblecito de Fuentes Claras (Teruel)-, hasta su finalización -le siguieron tres episodios situados en distintos lugares emblemáticos de la provincia de Girona-, este mundo sufrió muchos canvios a lo largo de su creación, pero entre todos los conceptos que se barajaron, en mi corazón siempre fue éste el que se quedó. Éste fue mi Avalon. Un Avalon distinto al que conocemos...


Avalon… Avalon… Avalon…

El nombre de Avalon se repite como un eco entre muchos mundos del multiverso. Avalon… Un nombre que se ha convertido en un mito, en un ideal, en un sueño…

Un nombre que es mencionado con admiración entre renombrados sabios y reyes, y con temor y respeto entre las criaturas de la oscuridad...

Avalon… Un nombre que se ha convertido en una leyenda en multitud de mundos el multiverso... Un nombre que da esperanza a los desesperados. Pues Avalon es la tierra donde moran las leyendas, y donde duermen los reyes, esperando la última guerra que se ha de librar.

Pero no existe un solo Avalon. Porque Avalon no es únicamente un lugar, sino que es mucho más que eso. Avalon es una idea, una idea que se replica en distintos mundos como un eco…

Uno a uno, los reinos de Avalon de distintos mundos y universos han ido cayendo bajo la poderosa e implacable mano del Caos, que todo lo cambia, lo destruye y lo retuerce. Uno a uno, todos los reinos de Avalon han ido cayendo, así como todos aquellos mundos y universos que lo contenían. Y hasta ahora nada ha podido detener esa vorágine cambiante y destructiva que amenaza con engullir a todos los universos existentes... La balanza se ha roto, el equilibrio se ha perdido... Y hasta los mismos dioses están retrocediendo frente a las terribles fuerzas del Caos que todo lo transforman... El fin es imparable, inexorable... Y así ha sido durante eones.

Una a una, todas las Tierras que contenían a Avalon han ido cayendo...

Y sin embargo, ahora algo nuevo ha sucedido…

Ya han pasado años, siglos… El Caos penetró en nuestro universo, en nuestro mundo, como hizo ya muchas veces en muchos otros mundos. Y con la llegada del Caos a esta nueva Tierra, la gran isla-continente de Atlantes-Hy-Brashil tembló, y se hundió irreversiblemente en el mar, surgiendo entonces, de las profundidades de éste, las nieblas del Caos que todo lo engullen y lo transforman, como en tantos otros mundos ha sido ya. Pero algunos supervivientes del cataclísmico hundimiento pudieron huir, advirtiendo de la llegada del inminente desastre al resto de las tierras, mientras las nieblas se extendían por doquier consumiéndolo todo, lenta, pero inexorablemente. Y como en tantos otros mundos, muchos reinos y mucha gente no quiso escuchar.

Pero alguien escuchó y se preparó…

Y así, lo que no pudieron vencer ni frenar jamás los Dioses, fue detenido por el poder de los Deor Damayth, los poderosos magos de la antigüedad... Y las nieblas fueron detenidas en Avalon. Y si el Caos no puede vencer y engullir este mundo, no puede continuar su incesante avance contra el resto del multiverso… pues así es como el Caos actúa. No intentes comprenderlo. Avalon es una puerta, y para continuar su avance, cada reino de Avalon que existe, debe ser destruido antes de que el Caos pueda dar un nuevo paso. Así es como el Caos funciona.

Diez mil años han pasado...

Las nieblas lo han rodeado todo, y han consumido el resto del mundo, retorciéndolo, pero Avalon permanece...

Los Deor Damayth, los más poderosos magos de la antigüedad, concentraron su poder para crear una inexpugnable barrera mística que rodeara la gran isla de Avalon y la protegiera frente las fuerzas del Caos. Tal acción acabó con la vida de la mayoría de ellos, y consumió casi toda la magia de los escasos supervivientes que quedaron. Pero el Caos, por fin, fue frenado…

Aunque no totalmente vencido...

Unos pequeños hilos de niebla penetraron la barrera mística antes de que ésta fuera sellada…

Ahora Avalon se halla en las puertas de una nueva era.

Los Deor Damayth son pocos, y algunos de ellos han empezado a bajar la guardia, buscando satisfacer sus propios objetivos. La barrera mística que protege Avalon se ha debilitado y las nieblas que llegaron a penetrar en la isla han despertado.

De esto hace más de 500 años.

Las pequeñas batallas y rencillas habidas hasta el momento entre sus razas sintientes quedan ahora empequeñecidas ante los acontecimientos que se aproximan. La ambición de los hombres crece, las antiguas razas de los elfos y los enanos languidecen, y una sombra oscura se alarga en el sur, ajenos a la visión completa de lo que acontece.

Las nieblas del Caos planean sobre el Mar Frío, rodeando Avalon. Pero dentro de las fronteras de esta tierra, los pequeños retazos de niebla del Caos que lograron penetrar años atrás la barrera mística creada por los Deor Damayth han crecido y se deslizan por las tenebrosas tierras de Umberia, transformando la tierra que tocan y a los habitantes de esta región, sean plantas, bestias u hombres. Transformándolos tanto a nivel físico como mental o espiritual. Así crece su ejército.

Esto ya no es un nuevo principio... es el final.

Pero todo final tiene un principio.

Y la última página del Libro del Destino aún está en blanco...

... porque el Destino aún no está decidido.



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