viernes, 12 de diciembre de 2014

VIVO EN UN PAÍS DE MIERDA

Vivo en un país de mierda, eso es así. Un país donde los políticos apestan, los banqueros y especuladores que han arruinado esta tierra y a su gente son excrementos puros, y buena parte de los empresarios son vividores que más que invertir en sus propios negocios, haciendo que estos avancen a más, se dedican a gastar o esconder todo el dinero que ganan sin tener miras de futuro, o al menos un futuro que no sean ellos mismos. Vivo en un país donde muchos de los que ostentan un poco de poder, aún buscan exprimir un poco más lo poco que de bueno queda en esta tierra, y donde el dinero que todos ellos puedan robar bajo pretextos “legales” vale mucho más que todas aquellas vidas que se están dedicando a arruinar.

Vivo en un país de mierda donde hacen callar a la gente de bien que protestan delante de las casa de políticos corruptos, donde se ataca a jóvenes sin futuro porque protestan por un futuro que les ha sido robado y donde se castiga a aquellos que quieren impedir desahucios promovidos por bancos que ayudaron a crear esta crisis infernal. Vivo en in país donde a todas esas acciones se las puede considerar terrorismo, mientras que la mayoría de políticos corruptos y grandes empresarios ladrones pueden escaparse de rositas de la ley, y todo el dinero que han robado jamás se recupera, ni sus bienes les son reclamados como indemnización por lo mucho que se han llevado. Aquí, impedir un desahucio se considera algo penalizado, cuando en muchos casos los verdaderos ladrones son aquellos mismos bancos que tuvieron que ser rescatados por todos los ciudadanos de este país, pagando para ello más de 1800 euros por cabeza. ¡Así se hubiesen hundido y hubieran dejado que estos especuladores se ahogaran en su propia mierda! Pero no, el gobierno nos obligó a sacarlos de su propia mierda, y la mierda nos la comimos nosotros y a nosotros nos tocó el pagar.

Vivo en un país de mierda donde hay una constitución de mierda que muchos no quieren modificar, considerando que ésta es algo intocable, como si la Constitución de este país fuera algo sagrado que nunca se pudiera cambiar. Y con sus ojos cerrados, pretenden no ver que a veces cambio significa evolucionar. Pero eso sí, cuando se plantean modificarla, es para añadir nuevos puntos, leyes y cláusulas con las que podernos apretar más y atarnos de pies y manos, protegiendo así más sus sucios culos,  a costa de recortar aún más nuestra libertad, y asegurar su comodidad a costa de nuestros bolsillos. Y esto es lo que veo, que poco a poco, paso a paso, pero mucho más deprisa de lo que parece, la libertad de decidir, de expresar e, incluso, de pensar, es lo que nos están robando.

Vivo en un país de mierda donde básicamente lo único que estamos haciendo actualmente es el ridículo. Un país donde hablar de progreso significa retroceder cuarenta años atrás. Donde la codicia de unos pocos pone precio a todas las actividades intelectuales de los demás y donde ya no te dejan regalar siquiera tu música, tus letras o tus obras sin que otros pretendan cobrar por ello. Vivo en un país donde unos pocos supuestos “autores” nacionales buscan beneficiarse económicamente de la obra de muchos otros autores, incluyendo a todos los autores extranjeros, sin que por ello los otros perciban ni un solo céntimo de todo ello. Vivo, pues, así, en un país de hipócritas facinerosos que visten de legalidad todos sus expolios, y encima pretenden hacerlo en aras de la creatividad artística o intelectual.

Vivo en un país de mierda, un país triste, mediocre, una España de pandereta y toros –pues de España os estoy hablando-, donde asesinar a un animal mediante tortura es celebrado como la fiesta nacional, y criticar esta barbarie sádica aún es considerada por muchos como un insulto a la “cultura”, la cultura del maltrato animal. Un país donde el fútbol es el “pan y circo” que a buena parte de sus ciudadanos, evitando así que esos mismos ciudadanos saquen su agresividad  a la calle para proteger aquellos mismos derechos que les están robando ante sus propias narices. Un país donde últimamente sólo se crean leyes que protegen a toda esa casta de políticos, banqueros y empresarios corruptos, egoístas, extorsionadores y aprovechados que no entienden de verdadero progreso, sino únicamente de beneficios propios.

Vivo en un país de mierda donde la justicia, día a día ya no es igual para todos, y algunos de los jueces ya no protegen los derechos del ciudadano, sino que sirven a intereses e ideologías corruptas gobernadas por el dinero, ideas retrógradas y hombres sedientos de un pedazo de poder. Y veo así como una justicia más ciega que nunca está siendo violada, sodomizada por muchos, y abusan de ella mientras la amordazan, poniéndole un precio y convirtiéndola, aún en contra de su voluntad, en una puta más.

Vivo en un país de mierda donde, triste es decirlo, expresarse demasiado empieza a ser considerado un acto delictivo, y pensar por cuenta propia está mal visto porque otros se consideran mucho mejor capacitados para pensar por ti. Un país donde, por celebrar que una política corrupta con doce cargos autoimpuestos muriera tiroteada, se persiguió a los internautas bajo amenaza, cuando mayor amenaza son eso políticos malversadores de fondos y de principios morales que sólo buscan excusas para cobrar diez dietas más.

Así es este país: un país de mierda. Y no por sus tierras, que son bonitas y en ellas abunda la belleza, ni por sus ciudades históricas y con solera, o su gastronomía, sus ciudadanos y sus gentes, no. Es un país de mierda por cuatro crápulas y calaveras vividores que se han instalado en lugares privilegiados de la política, la economía y la justicia, y han dejado que este lugar se convierta en la mierda que es. Una mierda de tales proporciones y pestilencia que ya ni las moscas la quieren.

Y así grito “¡VIVO EN UN PAÍS DE MIERDA!” porque en día de hoy aún puedo hacerlo así. Lo grito mientras veo como, paso a paso, lenta pero inexorablemente, en este país van desapareciendo el derecho fundamental de la libertad de expresión y la propia libertad. Vivo en un país de mierda, porque a día de hoy, en este país, a los hombres se les está robando la decisión de elección y la propia dignidad.

2 comentarios:

  1. El oasis catalá, el del 3% de vuestro jefe el señorito de la alta burguesia catalana, más y los pujol los del dinero en suiza y andorra, asi os va, y no se si sabes que a los antitaurinos los paga un señor de holanda que es el que organiza las matanzas de ballenas, delfines y focas en el artico, es lo que ahi..... los holandeses dandonos lecciones......lo dicho el oasis catalá.

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    1. ¿Realmente crees qué importa demasiado quién pague a parte de los antitaurinos? El hecho es que existe mucha gente que está en contra de que se torture a los toros de esa manera, y no necesitan cobrar por ello, porque no deja de ser una barbaridad, como lo es el asesinato indiscriminado de cetáceos y pinnípedos. En lo demás no me meteré en un debate, porque cada cual tiene su opinión y los motivos para pensar así, pero no dudes que la tortura de un animal por simple placer es una salvajada, sean cooridas de toros, sanfermines o correbous. Cataluña tampoco se queda corta en tradiciones sanguinarias de ese tipo.

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