miércoles, 6 de mayo de 2015

URBEX: EL CASTELL D'ESPONELLÀ (EL CASTILLO DE ESPONELLÀ)

Texto: Joan Ramon Santasusana Gallardo. Fotografías: Joan Ramon Santasusana Gallardo, Esther Ortega López.
Fecha: 03 de mayo de 2015. Lugar: En algún lugar de la comarca del Pla de l'Estany, provincia de Girona, Cataluña, España.
Total fotografías tomadas: 79. Total fotografías publicadas: 43.
Si quieres saber qué es el urbex: Urbex: exploración urbana.
Si quieres ver otros archivos urbex: Archivos urbex.


El castell o castillo de Esponellà se halla justo en la cima de una colina rocosa que domina el pequeño pueblo de Esponellà, en la comarca del Pla de l’Estany, justo sobre el margen derecho del río Fluvià, que atraviesa la zona. Rodeado de un hermoso bosque que nace a pie de carretera, se puede acceder a él a través de algunos senderos que parten tanto del mismo pueblecito como desde un punto de la carretera que ya está adecuadamente indicado por algunas señales. Allí, en un pequeño terraplén, se puede aparcar el coche, y apenas a cinco minutos de camino ya encontramos las ruinas de este castillo, que datan del siglo XI al siglo XVII. Efectivamente, la estructura del castillo es el resultado de sucesivas reformas y ampliaciones, que fueron modificando su forma original, de la que ya sólo quedan unos pocos indicios en la zona más próxima a su entrada y su cuerpo central.


En su origen, este castillo fue una torre de vigilancia y de control de la zona, que se hallaba dentro del término del antiguo condado de Besalú, y fue propiedad de los señores de Creixell. Más tarde, en el año 1250, el rey Jaume I otorgó una licencia a la familia Parera para construir una fortaleza en el lugar, pasando a ser dominio de los señores de Vilademuls. Unos años más tarde, en el año 1381, y por gracia del rey Pere III, el castillo ya dispuso de un término juridiccional, y a lo largo de los siglos, matrimonios, herencias y ventas harían que el castillo pasase de unas manos a otras, hasta que su ruina llegaría en el siglo XVIII, cuando el castillo sería definitivamente abandonado.


A día de hoy, siendo un día de primavera cuando lo visitamos, el castillo parecía ser un jardín repleto de flores de todas las variedades, refugio de insectos, lagartijas y alguna ardilla.









































No hay comentarios:

Publicar un comentario